Mezclamos tres cucharadas de vinagre con tres cucharadas de agua y lo reservamos.
Preparamos un cuenco con un colador. Encima del colador ponemos una tela blanca y fina.
Ponemos a calentar la leche.
Cuando se rompe a hervir añadimos poco a poco la mezcla de vinagre y a la vez removemos suavemente.
Cuando observamos que los sólidos lácteos se han separado del suero algo verdoso, apagamos el fuego y lo retiramos.
Seguidamente vertemos la mezcla en el colador incluida la tela que teníamos preparada. Se quedarán los sólidos lácteos en el colador.
Ponemos el colador bajo el grifo y lavamos el queso suavemente para que no tenga el sabor a limón o vinagre.
Recogemos la tela y hacemos un nudo. Con la mano apretamos por fuera para escurrir mayor cantidad de agua y después lo dejamos colgando en algún sitio durante 30 minutos para que escurra el resto del agua.
Después de 30 minutos sacamos la bola de queso de la tela y tendremos listo el requesón o el queso fresco para utilizar.