En un cuenco ponemos los trozos de las calabazas. Añadimos el azúcar y mezclamos muy bien el azúcar con los trozos de calabaza.
Tapamos con un film transparente y lo dejamos a reposar durante toda la noche.
El azúcar se va a disolver y se convertirá en líquido. Ponemos al fuego medio una olla y añadimos los trozos de calabaza con todo el liquido del azúcar.
Troceamos la mitad de un limón y quitamos las pepitas. Los añadimos a la olla.
Rallamos el jengibre y lo añadimos. Mezclamos todo muy bien y lo dejamos cocer a fuego suave durante 15 minutos aproximadamente o hasta que las calabazas estén cocidas.
Quitamos todos los trozos del limón y trituramos la calabaza hasta conseguir la textura deseada. La dejamos cocer otros 2 minutos más.
Debemos retirarla del fuego cuando esté todavía un poco liquida. Porque al enfriar se espesa un poquito más.
La guardamos caliente en un tarro de cristal previamente esterilizado y cerramos bien la tapa. Ponemos el tarro boca abajo y lo dejamos así durante 12 horas.
Una vez abierto lo guardamos dentro de la nevera.
Notas
Trucos y Consejos
Podeís añadir más cantidad de azúcar si os gusta muy dulce.
La cantidad de limón y jengibre podeís aumentar a vuestro gusto.