Ponemos en remojo los garbanzos negros durante toda la noche. Después los lavamos muy bien y los ponemos a cocer con abundante agua y sal.
Los cocinamos durante 45 minutos o hasta que estén blandos. Retiramos del fuego y los colamos.
Ponemos un recipiente con aceite a fuego medio-alto. Cuando esté caliente añadimos las especias enteras: laurel, cardamomo, canela y cayena.
Esperamos unos segundos y añadimos la cebolla. Cuando esté dorada incorporamos la pasta de ajo y jengibre. Los freímos unos segundos y añadimos las especias en polvo: cúrcuma, comino, cilantro y guindilla roja. Añadimos un poquito de agua para que no se nos quemen las especias.
Sofreímos todo hasta que el aceite se separe de las especias y añadimos los tomates, las patatas y la sal. Rehogamos todo unos segundos e incorporamos los garbanzos cocidos.
Mezclamos todo y seguimos rehogando durante unos minutos. Añadimos un vaso de agua, mezclamos y rectificamos la sal. Tapamos el recipiente y dejamos cocer a fuego suave durante 10-15 minutos o hasta que quede todo bien cocido e integrado.
Espolvoreamos con cilantro fresco picado antes de servir. Si os gusta el toque picante podéis añadir guindilla verde picada por encima.
Servimos con Chapati o cualquier tipo de pan que os guste.