Engrasamos un recipiente rectangular pequeño con un poquito de mantequilla derretida y lo reservamos.
Ponemos al fuego un recipiente antiadherente. Añadimos el requesón y la leche condensada. Mezclamos todo muy bien y cocinamos a fuego suave.
Al principio la consistencia parecerá un poco liquida, pero poco a poco comenzará a espesarse.
Cuando la mezcla comience a espesar, añadimos cardamomo en polvo y removemos constantemente a fuego medio-bajo para que no se nos pegue abajo.
Cuando la mezcla esté bien espesa (puede llevar unos 16 minutos aproximadamente) apagamos el fuego y vertemos la mezcla en el recipiente que teníamos preparado.
Con la ayuda de una espátula la extendemos por todo el recipiente uniformemente. Espolvoreamos por encima pistachos y presionamos ligeramente con la espátula.
Dejamos enfriar a temperatura ambiente y luego lo llevamos dentro de la nevera una o dos horas. Lo sacamos de la nevera y lo cortamos en pequeños cuadrados (yo los corté en forma de rombo) para servir.