Pelamos los langostinos reservando la cola, retirando la cabeza y el intestino. Las cabezas separadas las guardamos para luego.
Cortamos la calabaza en dados medianos.
Cortamos la cebolla en juliana fina.
Ponemos un recipiente con aceite al fuego medio-alto. Cuando esté caliente añadimos las semillas de Nigella y esperamos hasta que empiecen a crepitar.
Añadimos las cabezas de langostinos y salteamos unos segundos para que suelten todo el jugo. Después las retiramos.
Incorporamos la cebolla y freímos hasta que se doren. Añadimos cúrcuma, guindilla roja en polvo y un poquito de agua para que no se nos quemen.
Sofreímos unos segundos. Añadimos los trozos de calabacín y la sal. Rehogamos unos segundos y añadimos medio vaso (80ml aprox.) de agua.
Tapamos el recipiente y cocinamos durante 12 minutos o hasta que los trozos de calabacín queden tiernos.
Añadimos los langostinos y cocinamos otros 2-3 minutos más.
Apagamos el fuego. Añadimos cilantro fresco picado, mezclamos y volvemos a tapar el recipiente.
Lo dejamos a reposar 5 minutos y después servimos con arroz blanco.