Ponemos una olla con el agua y la sal al fuego.
Cuando empiecen a hervir añadimos la harina y enseguida lo removemos con una cuchara de madera y apagamos el fuego sin retirar la olla del fuego.
Removemos todo muy bien para que no quede ningún grumo.
Ponemos la masa en la tabla de amasar. Con mucho cuidado vamos amasando porque la masa va a estar caliente.
Dividimos la masa en pequeñas bolitas de unos 5-6 cm de diámetros.
Pasamos la bolita por la harina y la aplanamos con la mano. Después con la ayuda de un rodillo la estiramos dando la forma de un círculo.
La estiramos lo más uniformemente, dejando aproximadamente 1-2 milímetros de grosor. A la hora de estirar espolvoreamos con un poquito de harina sobre el círculo para que no se nos pegue.
Colocamos una sartén a fuego medio-alto. Mientras se calienta ponemos una rejilla del horno en otro fuego a máxima potencia. Cogemos un chapati y lo ponemos en la sartén. Esperamos unos 30 segundos y le damos la vuelta.
Esperamos otros 30 segundos más y le damos la segunda vuelta. Lo colocamos directamente encima de la rejilla que hemos puesto sobre el fuego al máximo. Se inflará de golpe y lo retiramos. Así vamos haciendo con el resto de los chapatis.
Los servimos calientes con cualquier plato de curry. Si nos sobran, los podemos guardar en un recipiente cuando se enfríen. Simplemente les damos un golpe de calor en el microondas cuando los vayamos a consumir.